Cuando llegué a su depto estaba sola, con una lata de cerveza en la mano. -Agarrá una de la heladera- me dijo y se tiró en un sillón desfondado que heredó de nuestra abuela. Mi prima tiene 32. no está mal fisicamente. Es virgen, eso me dice siempre. Aunque se pajea con lo que tiene a mano, puede ser un pepino, una berenjena, un tubo de vitaminas. Vive obsesionada con el sexo, con su sexo. Nunca estuvo con un tipo, aunque pretendientes no le faltan. Sale con un flaco estudiante de medicina, se matan rascando, pero no consuman nada.
Creo que están locos.
-Ayer probé con esto- me dice y me pasa una poronga de plástico roja, tamaño king size. -No sabés, creí que me moría.
Estás de la nuca Vero, le digo mientras mido el instrumento, no me cabe en la mano.
Cuando finalmente te decidas a transar con tu novio te vas a llevar una desilusión de puta madre boluda.
No boluda, Seba tiene una que no sabés. Queremos llegar vírgenes al matrimonio, entendés boluda.
Estas son experiencias... me dice y saca otra lata de la nevera.
