Como bien se refirió alguna vez Hannah Arendt el homo faber es el juez que nos guia, en el hacer cotidiano en el asilvestrado jardín de lo innominado.
Pero iré un paso mas adelante, al señalar toda la índole hermeneútica que arrastra y enarbola con harta frecuencia este enunciado posmoderno que enarbola la filósofa,y por momentos rememora benjaminianamente algunos pensamientos ya establecidos, si deconstruimos cada texto, cada universo isitrópico, acrítico y autocomplaciente nos encontramos en un límite.
Cada límite es en si mismo un espacio al pensamiento crítico.
Hannah Arendt estableció esa sutil diferencia.
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